El neopresidencialismo de AMLO
Hablemos en serio / Javier Orozco Alvarado / Ex rector del CUC de la Universidad de Guadalajara
Criticar no es ser de derecha, ni quedarse callado y aguantar hasta la ignominia, quiere decir ser de izquierda. Y es que la reciente encuesta de MORENA, que concluyó el pasado miércoles 6 de septiembre para destapar a la Coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, dejó mucho que desear.
La verdad es que el nuevo régimen que prometió el presidente Andrés Manuel se ha convertido en la peor versión de la democracia; en la que se atropellan las instituciones, se subordina al legislativo, se somete al poder judicial y se violan los procesos electorales. Esa es la nueva versión de la democracia mexicana, en la que el fraude no se comete el día de la votación sino en el conteo de las encuestas.
Es cierto que en el nuevo régimen no es tan visible el dedazo, que vino a ser reemplazado por las encuestas; pero que tiene el mismo efecto. Sobre todo, porque ahora las autoridades electorales, la dirigencia del partido y, hasta el presidente, se hacen de la vista gorda para cometer el fraude con el instrumento de las encuestas.
Las encuestas falsas o dirigidas se han convertido en el gran elector bajo el nuevo régimen; así se eligen los candidatos y quienes nos gobiernan en el México moderno. De hecho, así se eligió a quien será la Coordinadora de los Comités de la Cuarta Transformación y, seguramente, la próxima presidenta de la república para el 2024.
Esto es así, porque el presidente Andrés Manuel había insinuado que la sucesora del gobierno de la 4ta transformación podría ser su hermana Claudia Sheinbaum, no porque fuera profeta, sino porque tenía a su disposición todo el aparato de Estado, toda la estructura institucional y la simpatía de los beneficiarios de los programas sociales para favorecer a quien sería la más sumisa seguidora de su ideología, sus proyectos y su supuesta transformación.
Con el apoyo del presidente de MORENA, Mario Delgado y Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de MORENA, dieron a conocer el triunfo de Claudia Sheinbaum con un margen de diferencia de entre el 15 y el 20% respecto a los resultados obtenidos por Marcelo Ebrard.
Aunque Marcelo Ebrard sabía que desde dos años atrás se habían venido preparando las condiciones para que ella ganara la encuesta; confió en las encuestas, en la transparencia del proceso y en la honorabilidad del presidente Andrés Manuel.
Marcelo creyó que, señalando las irregularidades en el proceso, la violación de los acuerdos con el presidente de no excederse en gastos, de no acarrear simpatizantes, de no involucrarse funcionarios públicos; de nada sirvió, pues la decisión ya estaba tomada. El día del conteo de las encuestas siguieron las irregularidades: 14.4 % de urnas canceladas, urnas abiertas, traslado de paquetes en autos particulares, boletas sin la firma de todos los representantes y, finalmente, impedimento de los observadores de Ebrard para ingresar al conteo de boletas. Esa es la democracia que nos espera para el futuro con MORENA y el neo presidencialismo de AMLO.