Fórmula C.R.E.A.S.
Plumazos / Por Carmina López Martínez / carmina.lpm@gmail.com
Iniciar el año con una larga lista de deseos o propósitos a cumplir a veces nos genera estrés y frustración por no poder conseguir el resultado esperado.
Apenas han transcurrido 6 días del año 2023, lo cual significa que la mayoría aún continuamos con el nivel de energía bien cargado. Hasta hoy es totalmente innecesario revisar el número de metas/propósitos/deseos que fueron parte del ritual para recibir el año nuevo.
En la memoria está reciente el recuerdo de las metas/propósitos/deseos que se escribieron con tiempo o unos minutos antes de que nos sorprendieran los gritos por el fin del 2023.
Todo va excelente los primeros días y semanas del año, es un periodo en el que se mantiene la idea que los proyectos son posibles si uno solo tiene voluntad y es perseverante hasta cambiar sus malos hábitos. A veces nos ponemos retos ambiguos, complejos, inalcanzables, irrealistas.
Entonces, ¿es posible cumplir cada reto? Sí, mucho radica en revisar con atención esa lista de año nuevo para adecuarla según nuestras capacidades físicas, económicas y emocionales. Existen tres motivos por los que generalmente fracasamos en cumplir nuestros nuevos propósitos.
El primero es que aceptamos retos excesivos por la presión social, amigos, familiares, pareja; en vez de optar por algún detalle que nosotros queremos cambiar. El segundo es ponernos metas ambiguas sin definir indicadores con los cuales podamos dirigir la brújula hacia el éxito de cada propósito. Por último, ser poco realistas y divagar en utopías solo sirve para generarnos más frustración, lo ideal es ser objetivos.
Nuestros propósitos deben ser inteligentes, eso definitivamente no es negociable. Pero seguir una guía realizada por un especialista del tiempo –sí, eso existe- exige un compromiso real para tener un nivel de satisfacción hasta el final del 2023. Para ello Jen A. Miller sugiere seguir la estrategia C.R.E.A.S:
Cuantificable: Sin importar cuál sea la meta, encuentra la forma de poder medir el progreso.
Relevante: Encuentra una meta que tenga la importancia suficiente para que estés motivado a cumplirla.
Específico: Establece metas concretas y claramente definidas con puntos específicos de éxito.
Alcanzable: Establece una gran meta, pero que sea razonable. Tu meta puede ser ambiciosa, pero ten en cuenta que sea algo que puedes lograr.
Sujeto a un plazo: Establece un plazo razonable para tu meta, y enfócate en las pequeñas victorias a lo largo del camino.
Seguir el camino hasta concluir el año sin derrotarnos para después caer en el arrepentimiento, para ello es recomendable evitar dos malos hábitos que continuamente están presentes: demasiados pensamientos positivos y muy poca autocompasión.
Algunos estudios coinciden en que tener pensamiento positivo en exceso no muchas veces es benéfico y resulta ser un freno al progreso. Soñar despiertos sería el último recurso para motivarnos, entonces, es prioritario perder la costumbre de pasar horas en ilusionismos. Seamos positivos pero realistas. No confundamos el optimismo con los logros reales.
Recordemos el segundo punto, la autocompasión. Se trata de aceptar un día malo, analizar y evitar repetir el error. Las personas más trascendentales fallaron infinidad de veces, perdieron dinero y tiempo, pero todas abandonaron su zona de confort para vivir incómodamente felices.
Es importante recordar que el verdadero cambio personal no ocurre debido a un calendario. Si algún detalle de nuestra vida nos genera un sentimiento negativo es el momento de abrir la mente y aceptar un cambio. La vida es simple, deja de sobre analizar. Vive tu sueño y comparte tu pasión.