Preludio de fin de año
Educación y parentalidad / Dr. Jesús Cabral Araiza
Para aquellos despistados que los pueda agarrar el fin de año sin saber en qué momento pasó, les comparto algunas reflexiones que me parecen pertinentes, ello a fin de hacer conciencia de que muchos planes y sensaciones que pensamos sucedieran en el año, no llegan a concretarse, pero si estamos preparados la vida puede darnos agradables sorpresas.
Las fantasías catastróficas
Es frecuente y por diversos aspectos de la personalidad y hasta por influencia de algunos programas transmitidos en los medios de comunicación, que las personas nos dejamos influenciar por la ola “informativa” de los agoreros del desastre, personas que viven al día de la nota amarillista y que sin contar de fuentes confiables, auguran desastres, catástrofes diversas, calamidades que al igual para que una nota tenga repercusiones masivas, se requiere un público distraído o desinformado de lo que nos están transmitiendo o como dice el refrán popular “están echando agua a su molino”, y muchas veces con fines que no alcanzamos a percibir, ya sea desprestigiar a alguien o algo, vender un producto, hacer que no consuman un bien o servicio, o simplemente satisfacer sus necesidades patógenas de atención. Por ello ponga mucha atención a la fuente y el dato, y en la medida en la que usted sea más crítico de ello, menos lo sorprenderán o tendrá sobresaltos informativos.
Vivir con lo que se presenta
Por otra parte, incluso como rasgo patógeno de algunas personas, viven con miedo, ¿de qué?, pues de todo, se trata de personas que han aprendido o desarrollado un miedo que les permite el goce de lo que viven pues están más preocupadas por lo que pasará mañana y no viven el presente. Que usted no sea una de ellas, pues si algo hemos aprendido con la reciente pandemia es que justamente no podemos predecir el futuro, por más que salga con túnicas y lea el horóscopo en medios masivos de comunicación, eso justamente remite al punto inicial del presente escrito.
Asumir retos
Un buen apunte para justamente enfrentar y afrontar la vida, es asumirla como desafío o reto, pues cuando tenemos la actitud alerta sobre algo que nos desafía, la predisposición mejora para vencerlo. Al final de todo, la vida misma es un reto, ¿o no? Piense como a diario asumimos menores o mayores desafíos que logran sacar muchas veces, lo mejor de nosotros y lograr cosas que pensábamos no podríamos lograr, pero si trabajamos con la motivación y constancias necesarias, podemos lograr incluso las mismas cosas que otras personas que nacen con mejores virtudes o talentos, lo decía Vargas Llosa, un buen escritor es veinte por ciento de talento y ochenta por ciento de perseverancia.
Alentar a otros y a uno mismo
La motivación y automotivación siempre será bienvenida, principalmente en los aspectos que nos desafían a vencerlos o dominarlos. Y un aspecto que es muy sutil y subjetivo, pero no por ello es menos importante, es otorgar la confianza y el aliento para que las personas sea mejores y den lo mejor de sí mismas.
Ahora que estamos ya iniciando con un balance de fin de año y que nos preguntamos cómo es posible que ya estemos pensando en árboles de Navidad y posadas, nos damos cuenta que parece que los años transcurren más de prisa, o será acaso que ¿nosotros vivimos de manera más acelerada y no disfrutamos la vida y los retos que nos presenta? En fin espero sea un espacio para su reflexión de inicio para este cierre de año, un abrazo a todos los amables lectores.