12 errores que en tiempos difíciles pueden llevar al cierre de la empresa familiar
1ª parte
Llega un momento en que, tras mucho aguantar, una empresa familiar está al borde de la crisis. Ya no es momento de decir que se utilicen los fondos de emergencia, porque seguro que ya se habrán utilizado.
Es común que los negocios se encuentren en dificultades, ya sea como consecuencia de una mala administración, una pandemia, cambios en las tendencias del mercado y consumo, por la configuración de condiciones macroeconómicas existentes o por una combinación de las situaciones anteriores.
Ante estas dificultades, quienes tienen el timón de la empresa familiar tratan desesperadamente de realizar acciones para mantener el barco a flote: Sin embargo, muchas veces en la implementación de planes de emergencia se descuidan áreas de vital importancia. Esta omisión contribuye más a la pérdida del rumbo, el hundimiento del negocio y, en ocasiones, a perder la estabilidad familiar e inclusive su desintegración o ruptura.
Con alguna experiencia en estos casos se pueden detectar algunos errores comunes, que en ocasiones comete la dirección o los dueños de una empresa familiar en tiempos de crisis.
1. Negar la realidad
No negar los problemas. Si existe una crisis o cambio en la economía y no se han sentido sus efectos eso no significa que no se vayan a sufrir. Debe estarse preparado y consciente de la susceptibilidad del negocio. Así se podrán enfrentar mejor las dificultades aun cuando no hayan afectado de manera directa. ¿La competencia ya fue afectada? ¿Los clientes y proveedores ya sufren de los problemas de los cambios económicos?
2. No prestar atención a indicadores externos
Dada la dinámica actual de la economía se deben seguir muy de cerca todos los indicadores macroeconómicos que pudieran afectar el negocio, tener presente que en estos tiempos globalizados un país de Asia en crisis puede afectar a un continente y repercutir en un negocio en México. Asimismo, debe estarse alerta con las tendencias del mercado, la introducción de nuevos productos y hábitos de consumo. ¿Los productos y servicios que ofreces continúan vigentes o agregan valor a los clientes?
3. Falta de atención a indicadores internos
No solo debe estarse al tanto del exterior, en ocasiones los golpes más duros vienen del interior mismo del negocio. ¿El ritmo de las ventas es el esperado? ¿Han aumentado las cuentas por cobrar? ¿Existe un lento movimiento de inventarios? ¿La liquidez es baja? ¿El margen de utilidad está bajando? ¿El personal tiene una alta rotación? Si descuidas estos indicadores básicos la empresa podría enfrentar problemas de liquidez y posiblemente de negocio en marcha.
4. Delegar decisiones vitales
En momentos difíciles habrá decisiones que no se deben delegar, pues requerirán de un mayor grado de reflexión, pero sobre todo de la atención personal e inclusive de incorporar asesores especializados.
5. Falta de comunicación
Si bien debe tenerse cuidado con el manejo de la información, es importante que se transmita a los elementos clave y mantenga canales de comunicación con empleados, clientes y proveedores, bancos, accionistas y asesores, para allegarte de información adicional y que puedan enfrentar de manera conjunta los problemas.
6. No contemplar situaciones alternativas
Deben contemplarse los distintos escenarios a los que podrá enfrentarse el negocio durante y después de las dificultades económicas o cambios, aun cuando no se tenga una crisis. Así deberán plantearse diferentes formas de actuar y enfrentar cada situación.