”Tal parece que quien comanda, son los desarrolladores inmobiliarios”
Entrevista con Alfonso Baños Francia
Arquitecto y miembro de la BSGEJ
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
Con el trabajo Transformaciones urbanas y territoriales en Puerto Vallarta, el Doctor Alfonso Baños Francia ingresó a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Costa Norte (BSGEJ). En dicha presentación ofreció un panorama general de las transformaciones que ha sufrido el municipio a lo largo de 40 años, de ser una extensa área verde con contadas edificaciones, pasó a ser una plancha de concreto con cada vez menos vegetación, impactando no solamente en la identidad arquitectónica que le dio personalidad a este destino turístico, sino también al entorno ecológico de toda la región.
A modo de conclusión, Alfonso Baños afirmó que la transformación territorial y urbana ha sido explosiva y desordenada, con falta de rumbo y consensos que conducen a fórmulas para capturar la ganancia económica. En entrevista, Alfonso Baños comparte su visión de este fenómeno.
¿Qué aspectos destacas de tu presentación a la BSGEJ?
En primer lugar el trabajo con el cual hicimos el ingreso a la BSGEJ fue una revisión del proceso de expansión territorial urbana entre 1972 y 2006, ese fue el marco temporal que yo estuve trabajando para poder analizar cómo se fue dando ese proceso.
Antes de eso hicimos una revisión de mapas históricos que por ahí nos encontramos, el primero de ellos de 1913, donde aparecía el Puerto de las Peñas, ni siquiera era Puerto Vallarta obviamente, y donde ya se veía esta traza original de cuadrícula en el centro de Puerto Vallarta. Después presentamos un mapa de 1920, uno de 1940, y era como el antecedente, y posteriormente ya el objeto más importante de la charla fue el ir mostrando cómo se fue dando esta expansión, mostramos el caso por un lado de Puerto Vallarta como la zona donde se concentró la población, pero también vimos el caso de El Pitillal, Ixtapa y Las Juntas, que eran poblados relativamente separados, pero que con el tiempo se fueron conurbando.
En esas gráficas mostramos que El Pitillal en 1972 tenía aproximadamente 8 cuadras alrededor, era una cosita el centro, la hipótesis del trabajo fue justamente el proceso de expansión de Puerto Vallarta cuando llega el turismo. Cuando la principal actividad económica se consolida con el turismo, sí hay una clara separación entre el espacio para el turismo, para el cumplimiento de la práctica turística que está paralela al litoral, y por otro, de la ciudad para la gente que está en la parte posterior, y lo que proponíamos en la mesa es que nos da la impresión de que hay una frontera imaginaria, una frontera invisible, y a veces muy visible, muy material, entre el espacio turístico y el no turístico.
Efectivamente mostramos unas imágenes que nos encontramos de 1977 de un vuelo aéreo en octubre, donde se ve que la zona turística en aquella época prácticamente no estaba construida, estaba el desarrollo de Los Tules, pero el resto de la infraestructura hotelera era muy incipiente, y cómo se fue modificando y alterando, densificando esta zona, y ahora si pudiéramos tomar una foto exactamente donde tomamos esa imagen del 77, quizá se nos dificultaría reconocerla, porque ahora son espacios mucho más complejos, mucho más construidos, mucho más densos, donde el paisaje se ha alterado.
¿Cómo se ha dado el fenómeno de la gentrificación?
La gentrificación es la sustitución o llegada de personas de otro nivel económico a zonas tradicionales en la que la gente tradicional es desplazada por esos nuevos llegados, efectivamente lo estamos viendo como en la Zona Romántica, Altavista, La Pechuga, sobre todo gente extranjera que está adquiriendo propiedades donde eran los tejidos tradicionales o las viviendas de la gente.
Mencionabas que Los Tules es el único de los proyectos que respetó el entorno
Sí, parece que el criterio de diseño que se propuso para Los Tules es muy amigable y es muy sustentable, tanto en términos de paisaje, como en términos de convivencia con la naturaleza, y efectivamente yo creo que es uno de los únicos espacios en la zona turística que todavía tiene una densidad relativamente baja.
Si observamos el espacio turístico de Vallarta desde Boca de Tomates hasta Boca de Tomatlán, si pudiéramos tener una gran visión, veríamos cómo es el único espacio que queda en comunión con las palmeras y con otras consideraciones, el resto prácticamente son grandes cortinas de concreto, de cristal, que desafortunadamente sus propuestas de diseño no tienen nada qué ver ni con cuestiones estéticas, ni con intenciones de integración de paisajes, sino simplemente con una cuestión económica para que los desarrolladores maximicen su ganancia, pero ya sin consideraciones de otro tipo, y eso lo estamos viendo con mucha fuerza en Zona Romántica, están, me parece, cambiando la identidad de la zona, el paisaje de la zona.
Estamos trabajando justamente un trabajo de investigación aquí (CUCOSTA) con las volumetrías de la zona, y estamos viendo cómo están alterando este paisaje.
¿Cuáles son los edificios más altos?
En promedio los están haciendo de siete niveles, lo que estamos viendo es que los terrenos están siendo muy demandados, está aumentando el precio de los terrenos, y los promotores para poder maximizar su ganancia se están yendo a siete pisos, da la impresión de que hay un acuerdo de la autoridad municipal con los desarrolladores para que ese sea el nivel.
Lo que también estamos viendo es que la normativa urbanística no ha sido respetada por la autoridad municipal, hay un Plan Parcial de Desarrollo Urbano del año 99, donde decía que las alturas máximas en esas zona eran tres pisos, sin embargo, el año pasado se autorizó el Reglamento Municipal de Zonificación, y se puso una cláusula que me parece que totalmente se sacaron de la manga, donde se pueden alterar los coeficientes constructivos si, dicen ellos, las condiciones del contexto ya no corresponden con los instrumentos de planeación, entonces hacen unas cosas que se llaman estudios justificativos, donde ellos mismos, junto con los colegios de arquitectos, supuestamente demuestran que el contexto es mucho más densificado, y están autorizando licencias de construcción que nos parece que son totalmente ilegales.
En el fondo lo que está es una dinámica económica, también nos da la impresión de que lo que está alimentando a esta oleada de construcción en Zona Romántica son las nuevas formas de hospedaje, ahora ya se puede contratar un servicio de hospedaje en un departamento con aplicaciones tecnológicas, entonces nos da la impresión, por lo que hemos podido investigar, que eso ha sido un incentivo para ese tipo de conjuntos, de hecho tenemos algunos datos: en los últimos tres años se han construido aproximadamente 650 departamentos en la zona, de los cuales se debieron haber autorizado solamente 230, hay 420 que no debieron autorizarse, y vienen muchos más desarrollos, ese es el tema, la frontera límite de la Zona Romántica que era la calle Insurgentes, pero como ya se están acabando los terrenos, ya se están pasando del otro lado, enfrente de la Isla del Río Cuale, donde está el Centro Cultural Cuale, ya hay varios desarrollos totalmente invasivos…
¿Todo lo contrario a lo que se puede ver en el Gringo Goulch?
Exactamente, y también en Alta Vista ya se están viendo una serie de construcciones que no corresponden con la zona ni con la identidad, entonces yo creo que sí sería muy conveniente hacer una reflexión colectiva, un diálogo respecto a cuál es el futuro de esa zona, porque da la impresión de que quien comanda son los desarrolladores inmobiliarios.
¿El fenómeno dio inicio con el Molino de Agua?
Creo que fue uno de los más impactantes de la zona, recordemos que se autoriza en 2006, ahí me parece que el caso fue mucho más grave porque estaba el Plan Parcial de la zona que autorizaba cinco niveles máximos, y se autorizan doce niveles, entonces tampoco nunca encontramos la explicación técnica por qué lo hicieron, se le cuestionó entonces al Presidente Municipal y nunca nos dieron una explicación. Ahora, de alguna manera ya institucionalizaron la discrecionalidad en el otorgamiento de las licencias municipales al autorizar en el Reglamento Municipal de Zonificación, este artículo que es el controvertido 35, donde a discreción, yo digo que es totalmente discrecional, los colegios de arquitectos se erigen entre ellos mismos en autoridad, y avalan que si el contexto inmediato está más densificado, se puedan alterar las normas de control, y lo que estamos haciendo ahorita aquí en la Universidad de Guadalajara es una investigación para demostrar que esto no es cierto, que lo han hecho de manera irregular, nos parece.
¿Cuántas torres hay actualmente en Puerto Vallarta?
Ha habido varias etapas, entre 1999 y 2007 fueron grandes operaciones urbanísticas de grandes torres, que era cuando estaba el boom inmobiliario mundial después del 11 de septiembre, que hubo una disponibilidad de créditos mundiales, cuando truena la burbuja inmobiliaria en 2018 se para por dos o tres años esta gran demanda constructiva, ahora lo que hemos visto es que hay una reconfiguración del modelo en el cual ya no son grandes torres de 25 pisos y 450 unidades, ahora son 38, 40 unidades en operaciones menos impactantes, pero en zonas más acotadas de la ciudad, como en este caso sería la Zona Romántica.
¿Puerto Vallarta se convirtió en una mercancía?
Constitucionalmente el suelo urbano se supone que tiene primordialmente un objetivo social y no es tanto una mercancía de cambio, entonces lo que está pasando, y eso le corresponde al Estado regular, que efectivamente se permanezca en ese sentido social, sin embargo da la impresión de que el Estado abandonó sus deseos de controlar, de ser el árbitro, porque todo proceso urbano es una disputa por el territorio, entonces una de las cosas que yo sí extraño es que el mismo estado en este caso materializado en el Gobierno municipal, ya ni siquiera le interesan no sólo como cuestiones identidad, o cuestiones de arquitectura local, o expresiones propias de nuestra identidad, sino que inclusive no considera el hecho de que se están convirtiendo estas zonas en simples objetos de negocio donde la extracción económica la toman los grupos empresariales, que inclusive la mayoría ni siquiera son de aquí, y no hay ningún proceso, ningún mecanismo de redistribución para zonas económicas de Puerto Vallarta que no son tan afortunadas como las colonias marginales. Hay posibilidad, la urbanización en sí misma genera valor, pero lo interesante sería ver cómo se captura ese valor económico, no solo para la zona donde se inserta, que en este caso es afortunada como Zona Romántica, sino en aquellas zonas donde no la están pasando bien.