Normalización de conductas inapropiadas en centros laborales
Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio / Médico de familia
El ejercicio de la función pública debe apegarse a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, de manera invariable, con una conducta digna que fortalezca a las instituciones públicas, que responda a las necesidades de la sociedad y que persevere en su desarrollo profesional y personal, para dar como resultado una vida sana.
La palabra “buscapleitos o bravucona” se refiere a aquella persona que transmite una negativa con desprecio y poco respeto hacia otra o hacia otros. – en medio del festejo, hacia ademanes de negatividad, comentarios sarcásticos, irónicos, sin fundamento y agraviantes denostando desprecio y rechazo hacia su director-.
Estas conductas son normales y muy comunes en centros laborales, la división de trabajadores se promueve, estas divisiones existen desde la antigüedad, fabrican cohesiones y alianzas en contra de alguien o de aquellas personas que piensan diferente.
La normalización de conductas es una situación sui generis “entre mujeres se protegen cuando son de la misma corriente o pensamiento, llámese así en hombres donde se promueve además cierto dominio al interior de los centros laborales”
-La trabajadora social del hospital demostró con trabajo la productividad diaria, dejando en notas medicas las actividades de tococirugía o del ala de cirugía, sin embargo, su jefa en cohesión con otras trabajadoras sociales la ignoran y la rechazan, aun sabiendo el director y los jefes de servicio normalizan esa rivalidad dentro de centros de trabajo como una situación común, refiriéndose al género en cuestión como algo hormonal.
Estas conductas inapropiadas, son situaciones ordinarias en muchos centros laborales, donde algunos personajes pertenecientes a los sindicatos normalizan estas actitudes dando al trabajador una herramienta para normalizar su actitud. Aunque para algunos estas actitudes bravuconas no lo ven como una actitud normal, esta contraparte demuestra que esas actitudes no deben de tolerarse, pues no es conducente, ni prudente realizar comentarios con sarcasmo, sin fundamentos y sobre todo con desprecio, pues hemos llegado a un punto actual en la sociedad que el respeto hacia las personas este perdido, no existe cordura en la actitud de una gran cantidad de personas. La falta de respeto se extiende a cualquier edad, cualquier sexo, con estudios o sin ellos y en cualquier área laboral llámese IMSS y cualquier otra dependencia.
Es bien sabido que estas conductas inapropiadas se aprenden en casa, que tal cual un niño o niña vive dentro de un seno familiar con falta de respeto, con comentarios sarcásticos, donde la ironía es el pan de cada día y el daño psicológico, así como la tortura y el desprecio rigen en un hogar, tal cual se va a referir la persona en cualquier ámbito ya sea social, laboral y/o familiar, continuando una cadena de conductas inapropiadas hasta no corregir mentalmente a esa persona desde el comienzo. Las personas no cambian ni modifican su pensamiento con un llamado de atención ni con un castigo, al contrario, se perpetua y se ensaña su conducta al ser castigados o con tan solo llamarles la atención.
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