Hongos, los enemigos de los bienes culturales de la humanidad
La CDMX es la segunda ciudad del mundo con mayor cantidad de museos (141), por debajo de Londres, que alberga al menos 200. En México el total de recintos se estima en 1,177 y Nuevo León ocupa la segunda posición en cuanto a mayor cantidad de éstos.
De acuerdo con algunos expertos en conservación y restauración señalan la importancia de la erradicación segura de hongos y bacterias tanto en los recintos, como en las piezas que albergan, pues no sólo ponen en riesgo los bienes culturales arqueológicos, históricos y artísticos, sino que representan un grave riesgo para el personal que está en contacto con ellos.
“Si bien existen diversos agentes biológicos que atacan tanto a los bienes como a los expertos que los manipulan, son los hongos los más agresivos. En las piezas, éstos degradan y manchan el papel, piel, pergamino, cera y textiles, e incluso provocan la pérdida de imágenes en películas y fotografías. También causan diferentes enfermedades como dermatomicosis superficiales, micosis interna y diversos padecimientos respiratorios”, explicó Norma García, Maestra en Restauración y Conservación.
Para detener el deterioro de los bienes del acervo nacional, los expertos en restauración y conservación han implementado diferentes estrategias y sustancias. Actualmente, gracias a la innovación en nanotecnología, que permite el tratamiento mediante diferentes técnicas como nebulización, inmersión, aplicación directa o controlada, y por contacto, miles de piezas y recintos han quedado libres de patógenos.
“Desde hace una década Éviter, la empresa mexicana líder y pionera en el desarrollo de sanitizantes basados en nanotecnología, nos ha permitido preservar y restaurar piezas de más de 10 museos y diversas colecciones privadas en México, así como contribuir con la conservación de zonas arqueológicas como la de Copán, en Honduras”, señaló Norma García, también Secretaria de Promoción y Difusión del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS MÉXICO), de la UNESCO.
La experta señala que la Biblioteca Palafoxiana de Puebla, la biblioteca más antigua de América Latina y que alberga los textos incunables de Los nueve libros de la Historia de Heródoto (1473) y La ciudad de Dios de San Agustín (1475), ha sido uno de los recintos cuyo acervo se ha protegido y conservado con la innovación mexicana en nanotecnología, ya que brinda protocolos de bioseguridad total.
Las soluciones basadas en nanotecnología que se aplican en estos recintos y piezas permiten eliminar de manera sustentable, eficiente y segura a los patógenos -incluso los multirresistentes-, sin causar efectos secundarios ni poner en riesgo la salud, porque sus componentes son biodegradables y alcanzan una residualidad de hasta 72 horas.
Y es que, gracias a la nanotecnología, es decir, al uso de la materia a escala nanométrica, los componentes biológicos, como la molécula desarrollada por la empresa mexicana Éviter, pionera y líder en sanitización de amplio espectro microbicida, penetra en los microorganismos patógenos, los neutraliza por completo sin dañar a nuestras células y sin generar resistencia bacteriana, lo que resulta en un gran avance de la ciencia en el mundo.
La casa Azul de Frida Kahlo, así como los museos Anahuacalli y De las Intervenciones, en la CDMX; el Archivo Histórico de Oaxaca, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, y la Coordinación Nacional de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, entre otros, son instituciones en las que también Éviter ofrece macro protección para los bienes culturales orgánicos e inorgánicos y protege al personal que está en contacto con ellos.
Gracias a la continua labor que Éviter ha desempeñado no sólo en la protección de bienes e instituciones, sino también en la actualización de los expertos en restauración y conservación, el ICOMOS México ha reconocido recientemente su aporte en este segmento.