El valor del reconocimiento y la gratitud

Podemos incidir en la conducta y actitud de otro ser humano, y de manera positiva potenciar el ser una persona de bien con el hecho de reconocerlo en alguna o algunas de sus virtudes

Por: Dr. Jesús Cabral Araiza

Hace poco llego a mí un escrito por las redes sociales que me conmovió y reafirmó la idea que he tenido sobre la importancia de la gratitud entre los seres humanos. Cabe señalar que ya había tenido la oportunidad de conocer al empresario Carlos Kasuga, que como seguramente muchos de ustedes lo han podido seguir por alguna red social, o hasta interactuado con él en alguna de las oportunidades en las que lo hemos tenido en nuestra hermosas ciudad de Puerto Vallarta.

Y qué mejor momento que la proximidad de un aniversario más para nuestro destino que cumple 100 años de ser declarada ciudad. Pues bien, el escrito en cuestión mismo que usted puede encontrar fácilmente en la siguiente liga: https://www.facebook.com/notes/el-chico-george/los-mo%C3%B1os-azules-reflexi%C3%B3n-de-hoy-en-laparada-aquinomas/794002244003157/ narra un experimento de un profesor que entrega tres moños de dicho color, con la consigna de que los que reciben el mismo se sepan valorados y reconocidos por quienes los entregan. De igual manera Kasuga habla de “Sueldo Moral” que no es otra cosa que el reconocimiento al trabajo y esfuerzo del otro por parte de quienes interactuamos con él, o hasta por quienes sin conocer en lo personal les reconocemos su trabajo, dedicación, entrega o esfuerzo. Denotando después de dichas acciones un cambio positivo aun mayor del que ya se tenía con anterioridad.

En ambos casos me parece que podemos rescatar varias lecciones valiosas. Primero que el valor de reconocer al otro va más allá de estatus económico, poder político, relación familiar o laboral, tiempo (aunque se recomienda que sea lo más pronto posible). Es decir, podemos incidir en la conducta y actitud de otro ser humano y de manera positiva potenciar el ser una persona de bien con el hecho de reconocerlo en alguna o algunas de sus virtudes.

No es necesario planearlo mucho, como muchas cosas que tienen un alto valor humano en la vida, lo importante es la acción, no sólo las palabras. Muchas veces la gente hace las cosas por el reconocimiento de ellas mismas, no por el valor material o la prebenda que pueda conseguir. Los seres humanos buscamos por igual el reconocimiento a nuestro trabajo y nuestras personas, no olvidemos ello.  

Pero, ¿se puede hacer esto igual con los hijos? ¡Sí! De hecho cuando son más pequeños muchas de las acciones que hacen son precisamente para buscar nuestra aprobación, son justamente para estar ciertos de que les importamos y que sus logros son reconocidos por los adultos que los cuidan, y que ellos los quieren. Que buscan al igual que el adulto el amor del otro, sea padre, madre, tío, primo, amigo etcétera.

 

No escatime y medre entre usted y una acción de reconocimiento afectivo a favor ya sea de un niño o un adulto, el valor que tiene esta acción se ilustra en la narrativa del cuento del moño azul, y considero que por menos que seamos sensibles a este entendimiento, podremos apreciar que cuando de alguna manera nos han reconocido lo hemos agradecido, más cuando obviamente sabemos que hay algún mérito para ello o acciones que hemos realizado y que alguien más a observado.

Recientemente recordará que hemos visto cómo propios y extraños se han sensibilizado con la película que ha hecho Disney sobre parte de nuestra idiosincrasia reflejada el día de muertos, precisamente exaltando el valor de la familia y el reconocimiento a los sentimientos y valor artístico o trabajo honrado  de muchos de los ahí caricaturizados.

No pierda tiempo. Hoy haga sus primeros reconocimientos al otro. ¿A quién? Usted seguro tendrá en mente o en cuenta muchas personas a las que se les puede agradecer por lo que usted es hoy. El Padre al hijo, el hijo a los padres, el jefe al empleado, el empleado al patrón, el novio a la novia y así nos podemos seguir, pero lo importante es que inicie hoy y se convierta en un hábito de vida que igual se revertirá hacia usted, contribuyendo de alguna manera atener satisfactores sociales que nada nos cuestan, solo buena actitud y honestidad, ¿se anima?