Susanita tiene un ratón

El Gentil Expatriado

Susana Judith Mendoza Carreño, periodista y Directora de Radio Universidad de Guadalajara en Puerto Vallarta.

Lo lamentable de un eventual desenlace fatal reside en que Susana es única, irrepetible

La Fiscalía General de Jalisco (FGJ) se apresuró a manifestar que el atentado en contra de Judith Susana Mendoza Carreño, […] se trató de un asalto y robo […]. Se necesita estar más que ciego, para no ver con claridad, que la brutal agresión propinada a ella, no es lo que la FGJ supone. He aquí mi razonamiento:

Uno: Susana es una voz crítica, certera, aguda, inquisitiva, con denuncias que implican varias centenas de millones de dólares. Tres ejemplos, de más de una docena son, Conchas Chinas, río Ameca y río Los Horcones.

Dos: Los agresores –más de uno– desplegaron fuerza cruel e inhumana, ¿para qué?, ¿para robar un celular?, ¿tanto afán para robar a una mujer inerme de complexión vulnerable, con un ayudante igualmente endeble? Eso es tanto como usar un buldócer para empujar un carrito de paletas, ¡por favor!  

Tres: Las denuncias públicas y las comparecencias de Susana, en las conferencias mañaneras con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, han evidenciado una tendencia orientada hacia el abuso, impunidad, corrupción y saqueo indiscriminado de bienes nacionales, en favor de pocos y detrimento de muchos. Dicho de forma coloquial, la voz de Susana levantó roncha, tapó la boca a más de uno. Y, otros tantos tuvieron que tragarse sus palabras.  

Cuatro; Antes del atentado per se, Susana recibió al menos una amenaza velada de un supuesto colega que en su propia oficina intentó intimidarla.

Cinco: Éste fue un atentado no para asesinar. Los delincuentes no lograron lesionarla de manera fatal. Si así lo hubieran decidido, le dan un balazo en la cabeza y asunto resuelto. No. ¡No querían eso!

La intensión fue lastimarla para que entendiera un mensaje encriptado al público, pero muy evidente para quienes profesan el oficio del periodismo. Querían golpear su dignidad. La carta con dedicatoria para ella fue, […] ¡Susana, ábrete!; la siguiente tendrá un desenlace mortal para ti y para quien siga tu lid […]. Más bien, los agresores pretendían quebrantar su orgullo; domar el brío inmenso que la ha llevado a ser una voz autorizada en demandas sociales. La intensión siempre fue, en esencia, modificar el derrotero profesional de Susana, hacer trizas un estilo de periodismo. De esta forma, Susana sería ejemplo de alguien que se doblega, que abandona el barco, que tira la toalla, que se hace de la vista gorda; una que pinta el panorama color de rosa. Este es el verdadero trasfondo y objetivo central del atentado. Porque una vez hecho realidad este escenario, habría una batalla ganada al periodismo de investigación. Empero, de esta forma, no hay mártir.

Podríamos tener en cambio, un soldado rendido, capturado, esclavizado, subyugado a intereses mezquinos. Esta sería la verdadera y más importante victoria ganada por la delincuencia.

Al sincero lector. He leído en este mismo diario, TODOS SOMO SUSANA CARREÑO. Por desgracia esto nunca será así. Lo lamentable de un eventual desenlace fatal reside en que Susana es única, irrepetible.  Ella jamás, nunca podrá ser igualada. Habrá tal vez, algunos mejores. Pero Susana, es Susana. Si no, ¿cuántos están ya tomando la estafeta de misión de vida que ella por fortuna, aún lleva consigo? ictiosapiens.vallartensis@hotmail.com