Salud mental en un mundo desigual

La salud mental en la actualidad se ha convertido en un lujo y un privilegio

SanaMente

Dra. Ana Paula González Toledo

Psiquiatra

Sanamente.psiq@gmail.com

El domingo 10 de octubre se festejó el Día Internacional de la Salud Mental. Este importante día es promovido desde 1995 por la Federación Mundial de la Salud Mental, y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud con el propósito de contribuir a la toma de conciencia acerca de los problemas de salud mental, y a erradicar los mitos y estigmas en torno a este tema.

Cada año la Federación le da un lema diferente para definir objetivos y prioridades de la agenda en salud mental, y miles de personas nos alineamos a esta causa buscando promover y visibilizar las afecciones mentales. El lema que la federación dio a este 2021 tiene que ver con la falta de acceso a los servicios de salud mental, pues sabemos que globalmente hay una crisis por escasez en dichos servicios, una crisis que la pandemia por COVID 19 empeoró disparando muchísimo más la demanda.

Los psiquiatras, los psicólogos y los pocos hospitales psiquiátricos del país y del mundo están saturados, es difícil conseguir una cita para recibir atención, y aunque eso ya sucedía tras la pandemia, esta necesidad oculta se hace cada vez mas evidente debido a la alta demanda y la escasa cantidad de oferta, la salud mental en la actualidad se ha convertido en un lujo y un privilegio.

Y no es justo, todos tenemos derecho a la salud mental, pero como muchas otras cosas, ese derecho parece sólo ser un deseo utópico muy lejano y contrastante con la realidad actual. Según un estudio liderado por Gerhard Heinze, del instituto nacional de psiquiatría, al 2016, en México había 4,393 psiquiatras que ejercen su especialidad de los 12,000 que deberían existir. Es decir 3,6 psiquiatras por cada 100,000 habitantes, esto se traduce en un déficit que va de 70% al 90%. Cada año en el país se gradúan de 174 a 180 psiquiatras nuevos, por lo que se requerían de más de 50 años para cubrir el número de psiquiatras necesarios.

Este es un factor muy importante porque se necesitan de cambios estructurales y en temas de políticas públicas, pues solo el 2% de todo el presupuesto para la salud es destinado a la salud mental, es llamativo porque aunque sabemos que es un área muy redituable para los gobiernos, el estigma y la presión pública pesan más. Digo “redituable” porque la depresión y el suicidio son la primera causa de discapacidad a nivel mundial, así como los trastornos por consumo de sustancias, son ahora un problema de salud pública, si estos trastornos se previenen por medio de un aumento en el presupuesto del gobierno destinado a salud mental podría ser redituable, pues se ha visto que por cada dólar que se invierte a salud mental se recuperan 7.

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, el 28.6% de la población ha presentado algún trastorno psiquiátrico alguna vez en la vida, pero sólo uno de cada cinco de los que lo padecen, recibe tratamiento. Este fenómeno puede atribuirse, por una parte, al estigma y, por otra, a otros problemas de desequilibrios estructurales que dificultan el acceso a la atención.

De cualquier modo, no hay mejor manera de destruir el estigma y el escozor que aun genera hablar de la mente que hablando de ella. Hay que visibilizar la mente, es necesario todo un proceso de desmitificación y reeducación, hablando constantemente al respecto y dándole la importancia que tiene. De igual forma, como cualquier derecho, es nuestro deber como ciudadanos demandar a los gobiernos cambios para que la salud mental para todos sea una realidad.

Dra. Ana Paula Gonzalez Toledo

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