Reingeniería Social

Letras Sahumerias / Por M en E Marisú Ramírez Muñoz

Si alguien es considerado como “normal”, solo es cuestión de tiempo para que sea excluido de todos los círculos sociales
Letras Sahumerias Por: M en E Marisú Ramírez Muñoz masryram@msn.com

A nadie escapa el estado actual de nuestro mundo, un estado de crisis en todas latitudes cuyas consecuencias ya no se pueden ocultar. De repente, la sociedad cambia de opinión y pocos se preguntan el cómo, cuándo, dónde y por qué sucede.

El repentino cambio de pensamiento se genera casi de forma espontánea, y por ende, determinadas conductas anti-sociales se fraguan e instalan por doquier. Esto se puede observar en diversos estudios antropológicos sobre el desarrollo de la humanidad. Pero si se toma en cuenta que la antropología estudia primordialmente la evolución del ser humano en los aspectos biológico, social, cultural y lingüístico, podría resultar interesante el observar cómo la sociedad se va auto-construyendo, o auto-destruyendo. Todo es cuestión de la perspectiva de la realidad colectiva.  

Por ello, en su artículo “Cómo se hace la reingeniería social de un país” Fray Nelson Medina señala primordialmente cuatro fases típicas de un proceso de reingeniería social: la Fase Emotiva, la Fase de Normalización, la Fase de Institucionalización y la Fase de Penalización, también conocida como fase tiránica.

Derivado de lo anterior, las diversas instituciones globales dictan las normas sobre los modelos a seguir, por lo que estos se incluyen a discreción en todos los niveles: económicos, educativos, culturales, laborales e incluso llegar hasta lo más profundo del núcleo social, la familia.

Cuándo la sociedad se da cuenta de ello, ya es demasiado tarde, o sea, de repente todo está prohibido, pero también la sociedad se ha vuelto permisiva. De repente todo es inclusivo, pero también casi todo es excluyente, segregante, marginante. Los disimiles grupos sociales se van conformando y cerrando entre sí. Ellos se encuentran, para bien o para mal, invariablemente.

Por ello, ahora la normalidad, brilla por su ausencia. Si alguien es considerado como “normal”, solo es cuestión de tiempo para que sea excluido de todos los círculos sociales. Se debe entrar en la onda del radicalismo o será tachado de arcaico. La monotonía podría ser su mejor atributo y no será atractivo para nadie.

Pero aquí, las cuestiones podrían ser: ¿Hacia dónde va la humanidad? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Es el verdadero fin del homo sapiens? ¿Qué o quién viene a continuación?

Es por ello que, en algunos países se dice que la humanidad está en su momento bisagra, donde se sostiene que estamos viviendo el período más influyente de todos los tiempos. O, también llamado por algunos especialistas como la hipótesis de la “bisagra de la historia” lo que propone que, ahora mismo, estamos en un punto de inflexión: “Dados los descubrimientos científicos y tecnológicos de los últimos dos siglos, el mundo nunca ha cambiado tan rápido. Puede que pronto tengamos mayores poderes para transformar, no solo nuestro entorno, sino a nosotros mismos y nuestros sucesores.”

En consecuencia, la humanidad ha demostrado que respeta los derechos humanos, pero más en sus asambleas y leyes que en la práctica, pero que desconoce tremendamente los deberes humanos, aquellos que obligan a consumar con urgencia la responsabilidad por el otro, por los otros.

En contrapartida, se podría decir que estamos abrumados por los discursos, por las polémicas, por el asalto de lo virtual. El panorama descrito no es por tanto un simple pliego pesimista de quejas y males, sino que anuncia algo más que no logra percibirse, lo que obliga a estar atentos y admitir que por el sufrimiento del tú individual adviene la humanidad entera, y la conciencia advierte que somos parte vital de ella.

Y todo ello debería ser contemplado por nuestro ser, por esa voz interior que señala la verdad oculta, para vencer absurdos y costosos modos de vida, modas eclécticas, inercias de comodidad que solamente sirven para atrofiar el ambiente y el cuerpo físico, con un definitivo abandono de los valores y el olvido de las virtudes, donde los pesados estereotipos sociales, solo atentan contra una libertad sin miedos. http://letrassahumerias.blogspot.com/