“La educación no tiene precio”

Miguel Ángel Ocaña Reyes

Jorge Zambrano, Rotario y empresario

Don Jorge Zambrano es un Rotario y entusiasta filántropo, quien se ha destacado por su constante labor altruista en diferentes causas, una de las más antiguas es la de entrega de becas a estudiantes de escasos recursos, programa que inició hace 26 años con tres niños, y actualmente apoya a un aproximado de 400 alumnos una labor titánica que requiere de mucho esfuerzo y tiempo para gestionar recursos que permitan a los jóvenes seguir sus estudios con excelentes calificaciones.

Actualmente, el Programa de Becas ha entregado en lo que va del año, 268 apoyos, con valor de un poco más de un millón 800 mil pesos para diferentes niveles educativos, en los que se incluyen secundaria, preparatoria y licenciatura, fondos obtenidos de donadores miembros de clubs de Estados Unidos, Canadá y México entre otros. En entrevista, Don Jorge Zambrano comparte cómo se inició este proyecto que ya cuenta más de un cuarto de siglo.

¿A cuántas personas se apoya con las becas actualmente?

Tenemos alrededor de 400 becas que se están entregando cada año, y eso es para preparatoria, secundaria y universidad.

¿Cómo nació este programa?

Este Programa de Becas yo lo inicié hace 26 años con la escuela que hicimos de Paso Ancho.

Cuando hicimos la escuela, antes de hacer la escuela estaban dando clases debajo de los mangos, entonces ahí nos unimos con el club de Sebastopol California y les hicimos un bañito primero y después las aulas, hoy por hoy están saliendo entre 120 y 160 niños con las mejores calificaciones de la región, y cuando ya me enteré que no iban a continuar la secundaria por falta de recursos, entonces le dije a la persona encargada de la escuela que los que hayan sacado la mejor calificación, que me los presentará para hablar con los papás y decirles que quería que siguieran estudiando, entonces ya en ese tiempo hablé con ellos y les dije les voy a apoyar con los útiles, los libros, el uniforme, lo que ocupan para que ellos sigan estudiando, y me dijeron, si es así, cómo no.

¿Con cuántos inició?

Empecé con tres, al siguiente año, pues había otro montón también, entonces ya hablé con los licenciados, los amigos, los compadres, los empresarios, “oigan, pues échenme una mano”, y ya sacamos otros cinco o seis. Después con los extranjeros, hubo uno que me estaba rentando y le dije; Mira, te voy a cobrar la mitad de la renta, pero necesito que me ayudes a buscar patrocinadores para que los estudiantes sigan estudiando, me dijo, “sí, ¡cómo no!”, él se llama Jean Paul vive en Canadá, y empezó a promover, a informar y ayudarme a conseguir patrocinadores, así es como empezaron las becas que nosotros hicimos, que a lo mejor no es mucho, pero en ese tiempo, cuando fui la primera vez allá a La Surtidora, me salió en alrededor de 200 dólares comprarles todo, y ya le dije, mira que sean 250 porque todo va subiendo y cambiando, entonces hoy por hoy son 400 dólares al año por universidad, 350 por colegio o preparatoria, y la secundaria son 300 dólares.

¿Esto es para útiles escolares?

Exacto, una vez al año independientemente a qué escuela vayan.

Provenientes de diversas regiones, los estudiantes han encontrado gran apoyo en el Club Rotario Puerto Vallarta Sur

¿De dónde son los estudiantes becados?

De toda la región, de Guadalajara, de Autlán, de Talpa, de Mascota, de aquí de allá, de todos lados, tenemos una lista, y hay muchos muchachos que van a dejar la escuela. Tenemos uno que se le acaba de morir su mamá, y el papá le dijo que ya no lo quería en su casa, pobre muchacho, ¿qué hacía?, entonces ya le estamos ayudando por ahí a través del vecino, del amiguito, y ya por ahí tiene un patrocinador que le está apoyando, y así hay otros muchos ¿me entiendes?, que con esa pequeña cantidad que se les da, ellos pueden seguir estudiando, por eso es tan importante que haya la comunicación entre el estudiante y el patrocinador, para ver en qué otra cosa se les puede apoyar, muchos cuando ya nos conocen y van a su casa, me dicen: “Oye, fíjate que pobrecito no tenía donde hacer su tarea”,  y le regalamos una mesita para que hiciera su tarea, detalles pequeños de esos que es importante atender.

¿En estos 26 años cuántos becados han egresado?

¡Uff!, un montón, ellos sí me conocen, a mí se me olvida, porque tantos que he ayudado, y los lunes  en magisterio se ve cuántos van por ahí, por aquí traigo una foto de una señora que tiene gemelos, y uno está así de grande y el otro está más grande porque uno tiene infección, y sí, pobrecitos, vienen de otros estados, de otros lugares, ellos no saben, entonces hay que ayudar a toda esa gente también…

¿Han tenido un gran impacto las becas en la comunidad?

Ah sí, cómo no, es que no se nos olvide que  lo que nos va a sacar adelante a esta generación, a la que sigue, y la que viene, es educación, educación, educación y educación, la educación no tiene precio.

¿Qué le gustaría decirle a la comunidad?

Nada más hacer una invitación a todo el que guste y quiera participar, con mucho gusto es bienvenido, bien recibido, y aparte de eso les podemos dar un recibo deducible de impuestos, en vez de pagarle al gobierno, bueno, pues ayuda a un estudiante.

Todo de manera transparente…

Sí, pues ese es el propósito, y así como ves que limpiamos el río, que el asilo, que la playa, que la escuela, que los niños, no, no, olvídate, entonces hay un dicho que dice el que no vive para servir, pues no sirve para vivir.