La contrarrevolución pacífica

Esta guerra sucia o campaña mediática contra el presidente, pretende socavar su popularidad

Hablemos en Serio

Javier Orozco Alvarado

Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, revolución, significa “un cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional”

Hoy nuestro país atraviesa por un intento de transformación no violento de las estructuras económicas y políticas, lo que el presidente López Obrador ha denominado revolución pacífica.  Por eso, la contrarrevolución que está enfrentado es pacífica, no política; sino mediática.

Y es que recientemente los voceros de la oposición se han cubierto de gloria al asestar lo que ellos consideran un duro golpe mediático al régimen Morenista, en particular a la figura y la imagen moralista del presidente. Pues de hecho, consideran que las investigaciones de Loret de Mola y la organización de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, hicieron un boquete a la popularidad de López Obrador, comparando la “Casa Gris” rentada por su hijo José Ramón López Beltrán en Houston, Texas, con la Casa Blanca, adquirida con sobornos y corruptelas de Enrique Peña Nieto y su esposa el sexenio pasado.

Lo cierto es que esta guerra sucia o campaña mediática contra el presidente, pretende socavar su popularidad de cara al proceso de Revocación de Mandato que se llevará a cabo el próximo 10 de abril de este año.  Por eso los mensajeros de la oposición, como Loret de Mola, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Ciro Gómez Leyva, Ma. Amparo Casar, Leo Zuckermann, Macario Schettino, entre otros, celebran eufóricos el triunfo de esta primera batalla e, incluso, invitan a la gente no salir a votar la revocación, calificando de inútil e intrascendente este proceso democrático.

En este circo de la oposición tampoco faltan los payasos de circo, como Brozo, que ven en ese proceso el riesgo de que la gente siga respaldando al presidente y esto pueda significar su fortalecimiento y el avance de más reformas estructurales que puedan significar la consolidación de un nuevo régimen, que hasta ahora ha elevado a rango constitucional con pena de cárcel el fraude electoral, los actos de corrupción, los conflictos de interés, la evasión fiscal; ha retomado la rectoría de la economía por el Estado, frenado  los abusos de las empresas extranjeras y  sigue impulsando otras reformas que están en marcha como la  eléctrica, la electoral, que incluye al INE, entre otras.

Desafortunadamente, todos estos falsos profetas, intentan por todos los medios evitar que salgan a votar por el SÍ las grandes masas de población, o como ellos los llaman, las focas aplaudidoras, para brindar su respaldo a López Obrador; pues están plenamente conscientes que sólo mediante la calumnia y la difamación pueden convencer a un electorado que difícilmente puede creer en los discursos políticos  de quienes encabezan al PRI, PAN o PRD.

Hasta ahora, estos discípulos de la escuela neoliberal, pretenden seguir intimidando y engañando a la gente sobre los riesgos del populismo, el autoritarismo o el socialismo que pretende instaurar el presidente Andrés Manuel. 

Pero a pesar de sus esfuerzos y de la falsa información que empieza a circular en forma de encuestas patito, con la intención de confundir a la población sobre la supuesta caída de popularidad del presidente; es innegable que con Andrés o sin Andrés  la transformación pacífica del país seguirá avanzando por el bien del pueblo de México.

El falso discurso de que el país se encamina hacia el socialismo queda plenamente desmentido con las frecuentes declaraciones del presidente sobre el interés de su gobierno de seguir siendo aliado de los Estados  Unidos; de ofrecer nuestro potencial económico como nación para construir un bloque norteamericano frente al avance de la hegemonía  comercial de China y  seguir impulsando el desarrollo económico bajo la rectoría del Estado como estrategia para la recuperación de la economía mexicana.