“Como Guardavidas, la preparación no termina”

Ramón Guerrero Campos / Guardavidas

Activo desde hace 20 años, Ramón es originario del puerto de Veracruz, es padre de dos hijos, una niña de cinco años, y un bebé de nueve meses, su esposa es originaria del Estado de México, ambos se conocieron en tierras jarochas, tras algún tiempo decidieron buscar nuevas oportunidades de trabajo y encontraron un lugar ideal en Puerto Vallarta, donde radican desde hace diez años.

Hombre de pocas palabras, pero claro y conciso en sus respuestas, Ramón comparte cómo es la actividad de un Guardavidas, quienes pasan jornadas de hasta doce horas bajo el sol, pendiente en todo momento de las actividades de los bañistas, pues un solo descuido podría significar la pérdida de la vida de una persona.

¿Desde cuándo eres Guardavidas?

Como guardavidas tengo ya 20 años, me inicié en el Puerto de Veracruz, llevo en Puerto Vallarta diez años, y desde que llegué estoy en la institución de Protección Civil y Bomberos.

¿Ser Guardavidas requiere una preparación técnica o universitaria?

Hace muchos años cuando solamente era un oficio, el cual también había preparación en Protección Civil donde yo empecé, no se hacía un grupo si no se tenía una preparación previa, actualmente, desde hace diez o quince años ya es una carrera a nivel técnico y a nivel licenciatura en universidades tanto privadas como públicas, ya es una carrera formal, la técnica es de tres años, y la licenciatura es de cuatro.

¿Qué formación tienen?

Incluye muchas cosas, primeros auxilios, obviamente ya tienen que ser paramédicos, rescates generales, acuáticos, en ríos, en mar, en montaña, entre otros, dentro de la carrera se incluye capacitación laboral y empresarial.

¿Cuántos años te llevó prepararte?

Como Guardavidas, la preparación no termina, tengo preparándome 20 años, capacitaciones internacionales, cada cinco años por tres o cuatro ocasiones, he estado yendo a certificarme de manera propia.

¿Cómo te iniciaste en esta actividad?

Era empleado de seguridad de un hotel, ahí Protección Civil se acercó a invitar a todo el personal de seguridad que tuviera albercas en sus instalaciones y playas, a que se capacitaran como primeros respondientes ante una situación en sus playas o albercas, de ahí me nació el interés, me di cuenta que tenía buenas aptitudes y posteriormente me cambié a Protección Civil al área de Guardavidas en Veracruz.

¿Qué es lo más complicado de esta profesión?

Lo más complicado es generar cultura con la gente, las personas adultas o maduras a las que no les gusta que uno les llame la atención, o que les recomendemos dónde pueden meterse y dónde no, y mucho menos que les limitemos cuando están haciendo actos inapropiados como alcoholizarse, o drogarse, o hacen actividades no correspondientes que no conocen dentro del mar, es cuando tenemos esa problemática, muchas veces tenemos esa contraparte de que se ponen agresivos, hay quienes reciben la recomendación de buena manera, porque se cuidan y se quieren, y hay quienes no, y te responden de una manera que no creo que a ellos les gustaría que los trataran, y lamentablemente tenemos que apretar los dientes y volverles a repetir e insistir de que tratamos de que no les suceda algo, y por eso les recomendamos una, dos, o tres veces, que están en un lugar peligroso, o están haciendo actos inadecuados, o están poniendo en riesgo a sus familiares y a las personas que tienen cerca de ellos.

¿2020 fue especialmente difícil por las medidas de prevención sanitaria?

Por supuesto, nos tocó el año del COVID, se cerraron las playas muchos meses, y nos tocó también lidiar con las personas, con la gente local, con visitantes y extranjeros, sí luchamos, pero la gente respondía, sí tomaba las indicaciones, a regañadientes o en contra de su voluntad, pero a final de cuentas lo hacían.

Más allá de los rescates físicos, ¿es un trabajo agotador mantenerse siempre vigilando?

Sí, estamos preparados física y mentalmente para estar aquí doce horas del día en ocasiones, de sol a sol, cuidando cientos o miles de personas, observando el agua, las actividades de los bañistas, y observar quién tiene un problema, y estar listos para entrar en acción ante cualquier tipo de situación, y es que no tan solo hacemos el rescate acuático, hay niños perdidos que se lesionan por una piedra, hay quienes con la ola se dislocan un tobillo, un brazo, hay muchas situaciones, hay persona insoladas, deshidratadas, y estamos capacitados y preparados para atender esas situaciones.

¿Cuáles son las situaciones más difíciles que te ha tocado vivir?

Hacer rescates en lugares muy peligrosos, y sacar ya a las personas hundidas, iniciar la reanimación, el RCP para tratar de recuperar su vida…

¿Te han tocado muchos casos?

Sí, me han tocado esas experiencias, muchas han resultado favorables, y algunas no, en algunas ya no se puede hacer nada.

¿De qué manera te afecta en esos casos?

Sí llega a afectar emocionalmente cuando sabemos que tenemos la responsabilidad, o que falló por parte de nosotros, un fallo humano, en que no estuve atento, en que tal vez la situación fue diferente, pero también hay otros factores, el alcoholismo, las drogas, hay quienes vienen muy desvelados o trasnochados, o quienes se meten inmediatamente después de comer, que tenemos muchas veces el ahogado silencioso, que tiene una congestión alcohólica o alimenticia, y no tiene la capacidad de gritar, pedir auxilio, o levantar los brazos, su cuerpo no le deja tener otra reacción, a eso le llamamos ahogamiento silencioso.

En tu profesión no hay nada escrito…

Cada día son nuevas vivencias, nuevas experiencias, y nuevas formas de cómo trabajar, cada día aprendemos de todo…

¿Cómo te preparas para estar en óptimas condiciones?

Por supuesto que tenemos un esquema de preparación físico, el cincuenta por ciento es preparación física, y el otro 50 por ciento es teoría y práctica, el físico es importante, pero debemos tener el conocimiento mental adecuado para realizar las técnicas adecuadas, por supuesto practicarlo para no tener errores, y si los tenemos, componerlos, y de esa manera ser excelentes, tratamos de ser excelentes en cómo lo hacemos.

Es una profesión en la que el temple y la sangre fría son fundamentales…

Así es, obviamente, en un rescate a veces nos toca una persona, o dos, o tres, o a veces cuatro, debemos nosotros controlar a esas personas, están en pánico, lo que quieren es salvar su vida, no quieren hundirse, no quieren tener nada en la cara, y se van a subir unos a los otros, y se van a hundir los cuatro, y si yo llego de manera inmediata, me van a agarrar a mí y nos vamos a hundir los cinco, obviamente para estas situaciones debo tener la mente fría y el temple de cómo llegar, cómo controlarlos, cómo tranquilizarlos para que se ayuden ellos mismos y me ayuden a mí a rescatarlos.

¿Es una combinación de gusto por la adrenalina y el autocontrol?

Sí, en este trabajo como Guardavidas nos debe gustar mucho la adrenalina, pero también debemos tener pasión y amor por lo que hacemos, porque si lo hacemos sin eso, sin el amor, sin la pasión, solo estamos porque sí, cuando el trabajo es, estar porque quiero servir, ayudar y evitar que alguien pierda la vida, es la verdadera vocación de un Guardavidas.

¿Qué les recomiendas a los bañistas?

A todos los bañistas cuando vienen aquí, primero les recomendamos que observen el lugar donde se van a meter. Número dos, si tienen las capacidades para estar en el ambiente acuático, que lo hagan, y si no, que se limiten en meterse más allá de sus propias capacidades para evitar que tengan un accidente. Número tres, si están alcoholizados, o si acaban de comer, les recomendamos que se esperen un tiempo adecuado para que posteriormente se metan al agua y evitar un problema de congestión alcohólica o alimenticia; y cuarto, cuidar a sus niños, nunca dejar solos a sus niños, así como las personas adultas que traigan, una ola repentina puede llegar, nuestra geografía de las playas es abrupta, es hondo de inmediato y se van a los lugares peligrosos.