Carta a las mujeres

Esa vulnerabilidad, sensibilidad, esa cíclicidad y todas esas bellas palabras que nos describen, es todo lo que necesitamos para tenerlo todo, para seguir y construir nuestros sueños

Adriana Méndez Snowden

Despierta Vallarta

A propósito del Día Internacional de la Mujer el pasado 8 de Marzo, mi columna de hoy va dedicada a ellas, mujeres extraordinarias, con esta carta:

Nunca es tarde y siempre es el momento perfecto PARA CONSTRUIR TUS SUEÑOS Y ENFOCARTE  EN TI MISMA.

Como mujer, tenemos que cumplir un rol y no estoy hablando de la sociedad. Por naturaleza, inherentemente en nosotras existe el deseo de nutrir y cuidar a otros. Así que, ya sea que lo planeáramos de esa manera o no, en muchos casos terminamos poniendo a todos antes que a nosotras mismas en vez de seguir el verdadero propósito  y misión de nuestra vida.

¿Pero todas tenemos uno? Sí, ¿tiene que ser grandioso? No, es lo que te haga sentir feliz y plena.

Desde que era una niña, sabía que tenía una misión pero no sabía cuál. Al haber experimentado dolor y tristeza en el camino, me encontré en un lugar oscuro y me sentí perdida por durante muchos años.

Sin embargo, siempre he sabido que quería ser madre y pensé que tal vez ese era mi propósito, ser la mejor madre posible para poder criar a un ser humano de gran calidad y  que pueda contribuir positivamente al mundo.

Pero la verdad es que después de convertirme en madre y ser inmensamente feliz, todavía sentía el mismo vacío que años atrás … había algo más que debía hacer y ser, que ser madre y esposa era solo una base saludable para prosperar aún más y ser más apasionada de la vida, y que como mujer no tenemos que elegir necesariamente una u otra, porque tenemos la capacidad humana y la fuerza interna natural para lograr todo lo que queremos, pero lamentablemente nos han dicho de manera diferente y lo creímos.

Hasta que nos rebelamos y escuchamos sobre el feminismo y la igualdad de derechos y empoderamiento y el pensamiento guerrero. Y de manera inconsciente seguimos reviviendo colectivamente nuestro sufrimiento de género a lo largo de siglos pasados.

Después de más años de autodescubrimiento y aprendizaje también al observar a los demás, llegué a la conclusión de que intentar ser como el hombre no solo era inútil sino perjudicial para nuestro entorno social y las generaciones futuras, que no necesitamos probar nada, sólo necesitamos para crear una nueva creencia, la creencia de que ya somos poderosas, nacemos de esa manera y al usar todo nuestro capital femenino realmente nos permitirá fluir en nuestro propósito divino en la tierra, sea lo que sea.

Esa vulnerabilidad, sensibilidad,  esa cíclicidad  y todas esas bellas palabras que nos describen, es todo lo que necesitamos para tenerlo todo, para seguir y construir nuestros sueños y que nunca es demasiado tarde para enfocarnos en nuestras cosas abrazando todo lo que somos, porque somos extraordinarias cuando amamos, aceptamos y creemos en nosotros mismas.

Te abrazo con amor de hermanas

Adriana.