Amor por tu tierra da fortaleza

Red Interna / Humberto Famanía Ortega

Honremos con unidad y trabajo comunitario a este rincón que nos reclama respeto y racionalidad en su explotación turística

Cuántas veces nos hemos preguntado si amamos a la tierra que nos vio nacer, y donde por fortuna nos encontramos viviendo felices, sobre todo con grandes oportunidades de progreso. La expresión es muy fuerte, ya que me refiero a nuestra hermosa y prodigiosa tierra, Puerto Vallarta Jalisco. La forma de demostrar nuestro amor es cuidándola en todos los aspectos para lograr una prosperidad con equilibrios.

Muchas canciones y poemas en su honor nos hacen sentirnos nostálgicos, simplemente son estímulos directos al corazón. Cuando trabajamos unidos con objetivos y metas bien enfocadas sobre el bienestar, seguramente los resultados serán positivos. Un pueblo con características tan especiales como las nuestras, basadas principalmente por su hospitalidad y generosidad, cubren totalmente la oferta turística ante los visitantes que nos hacen el honor de gozar nuestros atractivos naturales.

Es la hora de trabajar unidos para fortalecer nuestra democracia, para exigir a los cuatro vientos que somos seres libres con guía y brújula, basadas en el legado de nuestros ancestros. Basta con enfocarnos en su historia y relatos de muchos vallartenses, desde su fundación hasta nuestros días, para sentirnos orgullosos de sus aportaciones al progreso de nuestra región costera, que hoy en día es referente nacional.

Cuando tengo la oportunidad de escribir situaciones relevantes de nuestra comunidad, se me llena la mente de pasajes muy ilustrativos desde mi niñez, mismos que me hacen vibrar de emoción por la enseñanza de mis padres y maestros que, con cariño, respeto e inteligencia, recogía la sabia del saber.

Siempre nos conducíamos con alegría y fraternidad en esta sociedad, formábamos una familia donde hacíamos frente a cualquier adversidad que se presentara, a esto se le llama solidaridad, palabra muy reconfortante que nos impulsa a dar cabida a una fortaleza ejemplar.

Aprovecho para rendir homenaje a nuestro pueblo, que por circunstancias de la vida ha crecido solo, sin padrinazgos gubernamentales, como otros destinos turísticos. La creatividad es signo de privilegiar el entusiasmo al trabajo organizado de hombres y mujeres que amaron profundamente nuestro paraíso, y que ahora debemos de imitar con visión de seres agradecidos del Creador que puso en nuestras manos su destino. Honremos con unidad y trabajo comunitario a este rincón que nos reclama respeto y racionalidad en su explotación turística que exige planeación integral.

Nuestro amor es fundamental para la conservación y fortaleza de nuestro pueblo.